Diariamente, la capa córnea de la piel se descama y el sebo se acumula en los folículos pilosebáceos, lo que provoca alteraciones lipídicas indeseables. La queratinización promueve la aparición de arrugas. Además, tanto el acúmulo de corneocitos como la grasa impiden la penetración de principios activos. Por ello, resulta necesario realizar una limpieza específica y profunda mensualmente consiguiendo una piel limpia, sana y protegida.